Uno de los animales de compañía no convencionales más populares son las tortugas semiacuáticas, en especial las “tortugas de orejas rojas”. Si eres de los afortunados que ha adoptado una o estás considerando hacerlo, te compartimos estos cuatro sencillos consejos para su cuidado:
Como propietarios, una de las cosas que más disfrutamos es ver
pasear a nuestra tortuga Esta actividad favorece que realice actividad física y
mental y así podamos mantener en forma a nuestros amigos. Sin embargo, sacarla
de su acuaterrario y soltarla por la casa sin supervisión implica un enorme
riesgo. Por ejemplo, si tenemos otros animales en casa nos exponemos a que
nuestros perros o gatos la muerdan.
A su vez, al estar sueltas en casa pueden tener accidentes y sufrir caídas que podrían provocarles
serias fracturas en su caparazón. Algunas tan graves que
incluso pueden requerir hospitalización y cirugía.
Las tortugas, al igual que todos los reptiles, no tienen capacidad de generar calor. Para regular esta función es indispensable que en su hábitat tengan una fuente permanente de calor. Ésta debe favorecer un gradiente de temperatura hasta un sitio más fresco, de modo que ellas puedan moverse libremente de acuerdo a la regulación que requieran.
Las tortugas de orejas rojas tienen hábitos de alimentación que varían de acuerdo a la etapa de vida en la que se encuentren, cuando son animales jóvenes son generalmente de hábitos carnívoros y cuando son adultas pueden convertirse a individuos omnívoros.
La dieta que se recomienda en cautiverio depende de la etapa de vida en la que se encuentre y las preferencias de cada individuo, aunque en general se recomienda la inclusión de alimento comercial, ensaladas y algunas presas vivas. Una dieta mal balanceada con ingredientes como embutidos, carne, croquetas para perro puede predisponerlas a problemas de salud.
En vida libre se alimentan de presas vivas principalmente, los cuales contienen todos los nutrimentos que necesitan; Por ejemplo, calcio, que está contenido en los huesos, la vitamina de las vísceras y la proteína, en el músculo. Una alternativa en cautiverio es el alimento balanceado para tortugas. Los charales y camarones secos tienen poco contenido nutricional y excesivas cantidades de sal que puede dañar sus riñones.
En los casos en los que no podamos exponerlos de forma natural existen equipos especiales diseñados para suplementar la radiación necesaria sin olvidar que nunca sustituirán al sol. Si no les es posible asolear a su tortuga a diario, es importante que se den el tiempo de hacer asoleos supervisados durante los fines de semana.
Este artículo fue redactado a partir de una entrevista con MVZ Esp. Mariana Sosa, del equipo de fauna exótica y animales de compañía no convencionales de VetMe.